“Las promesas viven entre el camino de la abundancia y la miseria”
“Así, así, es que se gobierna”, gritaba el vecino. Al
parecer nadie aprende en piel ajena, no es suficiente decirle al niño que una
vela encendida quema, hasta que el mismo con sus manos inocentes la toca y lo
comprueba.Los países no dejan de caer en los cuentos de líderes populistas. El
resentimiento social que las ideologías marxistas y socialistas logran sembrar
en la mente de los “pobrecitos yo”, siguen creando más miseria tanto mental
como material.
Las promesas de cambio que los políticos populistas le hacen
al elector, las que sacrifican una sociedad próspera, para complacer a una que
sólo le otorga votos y crecimiento del ego al candidato, sigue abriendo la
brecha entre el que produce y el que extiende la mano esperando las dádivas del
gobierno.
Prometer contando con lo que no se tiene o con lo que
produce el otro, es muy fácil. Hacer fiesta esperando que sean los invitados
los que traigan el trago y la comida nunca saldrá bien, porque siempre quedarán
muchos insatisfechos. No se puede esperar que exista la igualdad en una
sociedad, ya que en el momento de la partida unos están más preparados que otros.
Colombia vive su luna de miel socialista. Después de la elección del
guerrillero Gustavo Petro como presidente de Colombia, empezaron los decretos ,
los cambios populistas sin importar las consecuencias, el ataque al que produce
y la premiación al delincuente. Aplausos y más aplausos por parte de los que
creen que empezó a mejorar su vida.
Esta luna de miel socialista va durar muy poco, pues la
fiesta comenzará, pero el trago y la comida no alcanzará, empezarán los
reclamos de los invitados que no trajeron, pero si querían salir rascados y
bien comidos. Decretar, ordenar, exigir, gritar y complacer la corrupción, es
muy fácil al comienzo de todo gobierno idealista y socialista. El problema está
cuando el dinero no alcanza para mantener una masa amorfa y pedigüeña. Ninguna
economía logra sostenerse sin un aparato productivo exigente.
Esta luna de miel que está viviendo Gustavo Petro,
complaciendo a la burocracia, manteniendo a delincuentes, negociando con
cocacoleros, atacando al inversionista y prometiendo cambios en manos de la
corrupción. Esto no durará cuando se está despreciando y apartando a esa
sociedad productiva y libre que es más de la mitad de la población colombiana.
Regalar lo que no se ha trabajado y ofrecer lo que es del
otro nunca ha dado resultado para lograr una sociedad próspera y mucho menos
creando ministerios de la igualdad. La luna de miel dura poco y los resultados
del endeudamiento que se logra en ella puede durar muchos años.
Espero que esta luna de miel no lleve a los colombianos a
vivir lo que vivió la filósofa y escritora Ayn Rand que, lo cuenta en su libro
“ Los que vivimos”. Libro que recomiendo, ella dice. “Cualquiera puede
sacrificar su vida por un ideal. Pero ¿Cuántos conocen una devoción que llegue
hasta hacerles capaces de sacrificar la vida de otro?”.
Colombia está viviendo la alegría de tísico; Vivir sabroso
dañando al otro, una paz total premiando al asesino, una economía a base de
coca y un país potencia de vida permitiendo que sea el crimen quien mande. Con
esto no hay luna de miel que dure.
“Lo mejor que puede hacer un gobernante es, respetar la
libertad el ciudadano y exigir la responsabilidad que ella conlleva”
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