agosto 20, 2019

Carceri disumane in Venezuela. Un deposito trasformato in carcere dove i detenuti vivono in condizioni terribili e disumane.







Carceri disumane in Venezuela. Un deposito trasformato in carcere dove i detenuti vivono in condizioni terribili e disumane.
Il centro di reclusione delle persone private di libertà di Boleita (Caracas) da deposito della Polizia Bolivariana di Maduro, è stato trasformato in carcere.  I detenuti soffrono di denutrizione, maltrattamenti, violenze, sovraffollamento e malattie.  Lo racconta la giornalista Sebastiana Barráez in un reportage per Infobae. La capacità massima consentita è di 250 persone, ma vivono in maniera disumana almeno 1000 detenuti.
-          - Molti di noi doemono in piedi perché non vi è spazio per sdraiarsi – racconta un detenuto. Molti di loro hanno problemi agli inferiori e presentano protuberanze violacee.
-          La maggioranza soffre di cattiva circolazione causata dall’impossibilità di riposare e dormire.
-          Si diffonde la scabbia e non esistono assistenza medica e non vengono forniti farmaci.
-          Oltre 200 detenute sono morte per questi motivi.
In un paese dove i diritti umani dei venezuelani vengono calpestati dal regime, impensabile l’esistenza di un garante dei diritti per i detenuti.
Anche noi denunciamo questo stato disumano in cui vivono (anche) i detenuti del Venezuela. #SosVenezuela
[via Infobae – maduradas]
@cosmodelafuente
Articolo fonte in lingua spagnola clicca qui
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El “depósito” que el régimen convirtió en cárcel donde los presos viven en terribles condiciones
El Centro de Reclusión de Privados de Libertad  Boleíta, mejor conocido Zona 7 de Petare, es un depósito de la Policía Nacional Bolivariana que ha sido convertido en un sitio de reclusión.
Allí los presos sufren de desnutrición, maltratos, hacinamiento y otras enfermedades.
Así lo cuenta la periodista Sebastiana Barráez en un reportaje publicado en Infobae, en el que publicó imágenes sensibles de las humillantes condiciones de los reos en el centro de reclusión, que tiene capacidad de 250 personas y hay casi 1.000.
“Hasta un mes durmiendo de pie porque no hay espacio dónde recostarse, hasta que se abre un huequito donde tirarse”, contó uno de los privados de libertad.
Muchos de los detenidos tienen problemas en las piernas, en las que tienen marcas de morados que parecen protuberancias.
La razón es que la mayoría de ellos sufre de mala circulación producto de las condiciones mínimas para descansar o dormir.
Además, prolifera la sarna: se ha extendido entre los presos porque no reciben atención médica y tampoco les suministran los medicamentos necesarios.
“Han muerto más de 200 privados de libertad por esta situación y los procedimientos inadecuados que se le implementa a los privados en esos sitios no aptos”, dijo a Barráez uno de los afectados.


Carlos Gullì


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