noviembre 23, 2020

¿QUÉ PASÓ CON EL VENEZOLANO?


“Cuando un hombre se deja manipular por una ideología, pierde su libertad y su personalidad”.

¿El venezolano será  feliz en su desdicha? No ve que los años se van sin dejar ninguna recompensa a su arduo trabajo, solo frustración y desilusión.

El futuro del venezolano se le volvió muy corto, ahora sólo piensan en el día a día, ellos se le van en largas colas donde lo único que consiguen es rabia y humillación, y, en el trabajo ven pasar una jornada que no les alcanzará para comprar algo para poderle sacar una risa a sus hijos.

No sé si es miedo o resignación al aceptar los abusos del poder, el que lo alimenta con amenazas llenas de amor, paz y con más necesidades de sumisión.

¿Dónde quedó ese venezolano luchador y aguerrido? ¿Será qué se lo comió la cuarta o se perdió en las largas y arduas colas?  ¿Quién dará el paso hacia adelante para salvar a el país? No se puede seguir esperando al hombre del caballo que, con su espada libertaria lograba resolverle los problemas a los que no les gustaba esforzarse por solucionarlos.

¿Qué paso con el venezolano? Ese ciudadano amable y atento, al que no le importaba de que partido era su vecino, al que le interesaba sólo trabajar y, en la tarde compartir con sus amigos y familiares el fruto de su honrado trabajo.

Hoy se ve a un venezolano muy diferente, lleno de angustia al ver que su salario se lo comió un sistema que no lo deja multiplicar y, sus ingresos y ahorros se  desaparecen en un supermercado que lo que ofrece es carestía y desolación.

¿Qué paso con el venezolano? Ese hombre libertario que no permitía que ningún extranjero violará sus derechos y, mucho menos que llegará a mandar en casa ajena… Me niego a creer que una doctrina proveniente del Caribe lo vuelva sumisos y esclavos de sus propios miedos.

¿Dónde está ese venezolano que en su pecho no cabía la envidia, el odio ni el rencor, donde está ese venezolano noble, honrado y cariñoso que sólo pensabá en el bienestar de su familia y del país?

¿Se volvería el venezolano en un “Robinson Crusoe” que vivió 28 años perdido en una isla adaptándose a situaciones nuevas y a penurias que él nunca imagino, y que en su soledad  pensaba lo siguiente?

“Me urgió a que me fijara y me diera cuenta de que los estados superiores e inferiores de la humanidad siempre sufrían calamidades en la vida, mientras que el estado medio padecía menos desastres y estaba menos expuesto a las vicisitudes que los estados más altos y los más bajos”.  El venezolano no puede repetir la escena cuando Robinson caminaba por la playa con las manos en alto y totalmente absorto en la contemplación de su salvación, haciendo gestos y movimientos que no puedo describir.

No se puede seguir siendo parte de una novela que muy pocos la escriben a su antojo.

Los venezolanos nacieron para grandes cosas y no para vivir bajo el yugo de ambiciosos socialistas que sólo quieren ver sus arcas llenas, sin importarle el hambre ni el trabajo por el que  está pasando el ciudadano de a pie.

“No bajemos más la cabeza, porque el tirano solo terminará fundiéndonos los deseos de libertad”.

Luís Córdoba Reyes 

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