La direttrice del Centro Diritti
Umani del Nicaragu, Vilma Núñez, ha definito grave e preoccupante la formazione
militare che ha celebrato la Polizia Orteghista, l’istituzione che la
popolazione considera un vero organo repressore delle proteste pacifiche e che
prende ordini dalla dittatura di Ortega e sua moglie Murillo. Francys Valdivia, presidente dell’
Associazione Madri di Aprile ha dichiarato che l’allenamento degli agenti del
corpo di Polizia Orteghista è il riflesso della politica repressiva che
colpisce il paese per mano del “governo”.
Tra le regole di tale “politica”
vi è il divieto di manifestare e di infierire contro chi vuol farlo. Secondo la
sostenitrice dei Diritti Umani, proprio Daniel Ortega è conscio che, malgrado
abbia aumentato le misure repressive e violatrici dei diritti dell’uomo, il
malcontento e l’impegno dei cittadini del Nicaragua, in lotta per la libertà
dei prigionieri politici, sono sempre più forti e in qualsiasi momento possono
manifestarsi nuove forme di lotta.
[familiafutura.com] @cosmodelafuente
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Policía Orteguista se alista para aumentar represión en
Nicaragua
Como “grave” y “preocupante”
valoró la directora del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), Vilma
Núñez, la capacitación militar que ha estado celebrando la Policía Orteguista
(PO), institución que es considerada por la población como el órgano represor
de las protestas pacíficas y que actúa bajo órdenes de la dictadura
Ortega-Murillo. Francys Valdivia, presidenta de la Asociación Madres de Abril
(AMA), expresó que el entrenamiento a los oficiales de la PO refleja la
política de represión en Nicaragua por parte del “gobierno”. Dicha política
implica evitar cualquier manifestación y seguir con la persecución contra la
población en todo el territorio nacional. Para la defensora de derechos
humanos, el mismo Daniel Ortega sabe que aunque ha implementado medidas
represivas y violatorias con el fin de evitar la manifestación pacífica, el
descontento y el empeño de los nicaragüenses por recobrar la libertad y la
liberación de los presos políticos no han terminado, y en cualquier momento
pueden surgir nuevos métodos y formas de lucha enmarcados en el aspecto cívico.
Desde que iniciaron las protestas
contra el régimen de Ortega-Murillo, se han contabilizado hasta 535 muertos,
según organismos de derechos humanos. También se han multiplicado las denuncias
de torturas por parte de la institución policial contra presos políticos, así
como el aumento de secuestros y la represión contra cualquier persona que
piense diferente al régimen.
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