julio 20, 2008

Ingrid Betancourt non è amata in Colombia





















Non è sempre oro quello che luce o, se vogliamo dirlo alla castellana, ...la mona aunque se vista de seda, mona se queda....
Muy temprano Ingrid Betancur comenzó a pelar el cobre. No había transcurrido una semana de su liberación, cuando cambió de tercio. De sus declaraciones iniciales en reconocimiento a Uribe y a los soldados que liberaron a los 15 rehenes entre los que estaba ella, pasó a lanzar dardos envenenados contra quien la salvó de podrirse en la selva, por su exclusiva culpa. Algo así como el perro rabioso que muerde la mano de quien le da comida, o del que se está ahogando e intenta ahogar a quien se arriesga y se mete al agua a salvarlo. Ni más ni menos.La euforia colectiva patrocinada por el sinuoso presidente francés y el show publicitario que han montado sus corifeos, para posicionarla a la brava como la solución a los grandes males de Colombia, dio para payasadas como la de la presidente chilena que fiel a la línea chavista de despotricar velada o abiertamente contra Uribe, osó proponerla para que reciba el premio Nobel de Paz. Dentro de poco tendremos a Chávez, Correa y su sequito delictivo proponiendo lo mismo.En sana lógica no hay ninguna razón valedera para que Ingrid sea merecedora de tan alta distinción. Quizás ese premio lo merezcan los soldados que la rescataron. Ni ella, ni el país, ni el mundo pueden olvidar que Ingrid Betancourt fue secuestrada por las Farc, como consecuencia de una rabieta y una serie de pataletas que comenzaron cuando escribió un libro y se autopresentó ante el mundo, como el único motor de la fuerza moral del país.También se les olvida a ella y a los estultos que le hacen el juego, que por ser hija de politiqueros de los que siempre han pelechado del erario público en el servicio diplomático y por pertenecer al para las Farc odiado estrato siete, Ingrid fue secuestrada, pues además representaba para los terroristas, un ejemplar de la fauna corrupta y politiquera que ha sumido a Colombia en la desgracia.Prueba de ello es que Piedad Córdoba asesoró a las Farc para que la soltaran de última. Y los colombianos que pagamos impuestos, más los que exponen la vida en aras de la seguridad nacional, tuvimos que cargar el pesado costo de un desgaste económico, político, moral y de identidad nacional, como consecuencia de la pataleta propia de una adolescente malcriada, que creyó que iba a hacer la misma payasada de Pastrana, y por lo tanto, Tirofijo y sus secuaces le harían el guiño que necesitaba para ser presidenta.Si no hubiera sido por el secuestro de Ingrid Betancourt, hubieran liberado antes a los soldados y policías, pero como ella estaba allá, a los demás se les prolongó el martirio, como el que aún soportan el coronelMendieta y otros uniformados. Si no hubiera sido por esa terquedad, Colombia y el presidente Uribe no hubiéramos tenido que soportar la patanería e irrespetos de los peones de Fidel Castro en Latinoamérica.
Si no hubiera sido por la pataleta y ansias de protagonismo electorero de Ingrid Betancourt, no hubiera sido necesario el elevado costo operacional de movimientos de tropas, armas, misiones de reconocimiento, desplazamiento de agentes de inteligencia, etc, etc.Pero como asi paga el diablo a quien bien le sirve, de ahora en adelante no solo vamos a tener la pesadilla derivada de la diarrea mental de Piedad Córdoba, sino también Ingrid para rato, pontificando acerca de la paz, de la necesidad de revivir el cadáver político de las Farc con la participación de naciones, que a todas luces solo han servido para apoyar el terrorismo de manera clandestina y manipulada.También tendremos que escuchar sus discursos moralistas, sus payasadas al estilo Mockus de repartir condones, y su volcánico temperamento, pues su vida personal y las relaciones sociales con otros que estuvieron en cautiverio con ella, corroboran que Ingrid es una persona difícil, de poca empatía, terca, irreverente y con un ego más grande que el Enrique Peñaloza,Juan Manuel Santos, Noemí Sanín y Rafael Pardo juntos.Hasta el extremo que esta convencida que por haber estado secuestrada, va a ser presidente de Colombia. Y lo peor es que hay quienes le hacen el juego.Tampoco podemos olvidar que es hija de la petulante e irreverente Yolanda Pulecio, cuya actitud descomedida e irrespetuosa hacia el primer mandatario de los colombianos quedó plasmada a lo largo del tortuoso secuestro. El hijo de tigre sale pintado.La verdad a plata blanca es que Ingrid Betancourt Pulecio, no tiene ni el talante ni la capacidad de estadista para ser presidente de los colombianos.La única razón que justificaría su asunción al poder, sería decir: Pero si también fueron presidentes Gaviria, Samper y Pastrana. De resto nada.Quizás Ingrid Betancourt pudiera trabajar al servicio del Estado, pero en cargos como directora nacional o regional del Bienestar Familiar, Jefe de Personal de una alcaldía como la de Bogotá, Supervisora de nóminas de una entidad estatal, es decir algún cargo donde pueda verter todo su instinto volcánico y su moralismo extremista. Pero nunca para gobernar un país, cargo que requiere entre otras cosas, experiencia, don de gentes, madurez, nada de pataletas, cabeza fría y visión de conjunto.Ojalá que la peregrina sugerencia de la revista Semana de ubicarla como presidenciable, no pase de ser una oportunidad comercial de la publicación.Que el electorado tenga claro que una cosa es el bagaje de estadista requerido por un o una presidente de la república, y otra cosa, es el discurso emotivo y la payasada politiquera oportunista.Colombia inició en el 2002 un proceso de pacificación nacional y seguridad democrática que no se puede quedar mocho. Si la señora Ingrid fue irresponsable y producto de una pataleta metió al gobierno y al país en una sin salida, cuando apenas era una candidata presidencial con muy poca o ninguna representatividad política, cómo sería si alcanzara el poder.Tendríamos a una persona terca, egocéntrica, que después de vivir toda la vida disfrutando de las mieles de lo que las Farc llaman con odio la oligarquía, salió del secuestro a echarnos el cuento que ella es de izquierda.Al perro no le pueden hacer la misma cirugía dos veces. A Dios lo que es de Dios y al Cesar lo que es del César. Es el momento para que los forjadores de opinión sensatos, sin apasionamientos y sin caer en la trampa del bombo mediático, abran los ojos de los electores, pues lo que menos necesita Colombia es que el oportunismo politiquero reviva a las Farc, prolongue el sufrimiento estructural derivado de los problemas socio-económicos y de ñapa, nos ponga en la silla de Bolívar a una persona temperamental, egocéntrica e impredecible. Dios nos libre…

Coronel Luis Alberto Villamarín Pulido

No hay comentarios.: